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FRASER ISLAND (Días 48-51): Sábado 12 – Martes 15 de Marzo

Día 48: Sábado 12 de Marzo

Nos levantamos y fuimos a desayunar, en este hostal tenemos desayuno incluido. Bien, parece que Australia no está en alerta de tsunami. Hay que ver, las chicas de ayer me acojonaron. Fuimos a dejar los mochilones a un trastero, solo nos llevamos lo indispensable para estos 3 días. Fuimos al garaje de los 4x4 donde estaba nuestro guía, cargamos la comida, cervezas, los sacos de dormir y todas nuestras mochilas en los coches y volvimos con él para que nos diera otra charla sobre las precauciones que hay que tener en la isla con los animales y conduciendo.


En mi coche no conducimos ninguno, somos el único grupo pero por la gracia de conducir un 4x4 yo ni ninguno nos arriesgamos a reventar el coche y pagar un pastón. Además que bien hicimos, porque era jodido y yendo con el guía nos lo pasamos genial, está lleno de historias y nos iba explicando todo. Ayer en el video explicativo decía que si algún dingo se nos acercaba con aspecto de querer atacarnos teníamos que cruzar los brazos y andar hacia atrás sin dejar de mirarle. El guía nos dijo que de eso nada, tenemos que defendernos agresivamente, nunca podemos ir a ningún sitio solos y siempre tenemos que llevar con nosotros un palo para defendernos.

Insistió mucho en que no fuésemos solos, hace unas semanas una chica no hizo caso de esto, se levantó temprano, fue a dar un paseo a la playa y acabó en una carrera de 3 kilómetros con 2 dingos pisándole los talones. Alguien la vio y avisó a la policía que tienen patrullas por la playa y tuvieron que disparar a los dingos. El caso es que estamos en su territorio, y son unos animales preciosos, no es justo que por cagarla nosotros tengan que matar a los animales.

De las corrientes y los tiburones ya os hablé en el capítulo anterior. Nos montamos en el 4x4 y fuimos los 3 coches en fila dejando el pueblo hasta una playa donde nos recogía un ferri. Desde la playa vemos la isla, es enorme, tiene 170 kilómetros de larga y unos 30 de ancha. Ya antes de coger el ferri empezamos a ver delfines, había un montón, dando saltos, asomando la cabeza… alguno se acercó mucho a nosotros cuando cruzábamos hacia la isla.


Aquí no hay ni una sola carretera ni camino, es todo arena, y joder si es difícil conducir, menos mal que no conducimos. Avanzamos unos metros por la playa y entramos por un camino de tierra atravesando un bosque hacia la el lado opuesto de la isla. Eran todo baches y caminos jodidos. Cuando llegamos a la playa ya sí que se podía ir más rápido, a unos 80 kilómetros por hora, aunque teniendo mucho cuidado con las olas y esquivando alguna roca. Paramos a hablar con unos hombres que estaban pescando, eran amigos del padre de nuestro guía. Nos contó que muchos millonarios venían a que este hombre les llevase a pescar en su barco, era todo un experto. Tendrá unos 60 años, cuando nos íbamos se bajó los pantalones y nos hizo un calvo.

En el mar la corriente es muy fuerte, se nota lo que nos contaban, muchas veces pasamos sobre riachuelos que desembocan en el mar, en estas zonas el mar se vuelve marrón, el agua dulce y las partículas de tierra que traen vuelven decenas de olas de color marrón, parece contaminación, pero es algo normal.


Cogimos otro camino hasta un lago donde nos dimos un bañito, son los únicos sitios donde nos vamos a poder bañar, la arena del lago es totalmente blanca y mucho más fina que la de la playa. Llegó otro grupo y nos dieron la idea de echarnos una foto de grupo, tuvimos que posar para más de 20 cámaras y después de descansar un rato volvimos a los coches, atravesamos un Rainforest con árboles enormes, aunque nada que ver con lo que vi en Tasmania. Estos árboles son finos como las palmeras pero muchísimo más altos. El guía nos cuenta que de niños venía aquí con su hermano, subían a los árboles e iban pasando de uno a otro usando lianas como en las películas, pero que ahora no les haría mucha gracia a los rangers así que no nos lo va a enseñar.


Paramos cerca de un riachuelo a buscar un animal que solo existe en esta isla, no recuerdo como se llamaba, estuvimos un rato buscándolo por el agua y al final vimos uno camuflado entre las hojas dentro del agua. Es una especie de anguila, al rato vimos pasar por el mismo riachuelo un Catfish, muy venenoso, nuestro guía también estuvo a punto de palmarla de niño por coger uno con la mano.

Cogimos los coches y fuimos a una zona con mesitas para comer, yo ayer no fui a la compra y Silvia estaba mosqueada porque decía que los finlandeses habían cogido el mando y habían comprado muy poca comida. A mí también me lo pareció pero tampoco voy a pasar hambre así que el israelí, Dudú (David en Israelí) y yo nos hicimos dos sándwiches en vez de uno. Estuvimos un rato conociéndonos y escuchando historias de nuestro guía, que a cada paso nos enseñaba algo como un agujero de araña, el sonido de algún pájaro o historias de los tiburones.


Volviendo en coche hacia el camping ya me estaba durmiendo cuando el guía gritó: Dingo! Estaba tumbado en la playa, cuando pasamos cerca suyo se levantó y se acercó, estuvimos un rato gozando de lo bonita que era, según nuestro guía era una hembra. Tenía ganas de jugar porque cuando nos fuimos estuvo un buen rato corriendo al lado nuestro. Puede que sean peligrosos, pero a mí me parecen unos animales increíbles. Quizás tantas advertencias sea para evitar los problemas a un 90% pero estoy seguro de que son cariñosos.



Pasamos cerca del barco naufragado de hace unos años, nos dijo que ya pararíamos otro día y por fin llegamos al camping. Es un camping que lo lleva una familia aborigen aunque ya nos dijo el guía que no se dejaban ver muy a menudo. De todos modos nos aclaró dos normas imprescindibles, no se puede ni silbar (atrae a los malos espíritus) ni escupir (para ellos la tierra es sagrada, es su hogar, es como si entro a tu casa y te japeo la pared).

Ayudé al guía a descargar todo y me dijo que fuese a una tienda que está detrás de las cocinas que es de las mejores, nos metimos Silvia y yo a esa tienda, cogimos unas esterillas y dejamos todo bien cerrado que también hay que tener mucho cuidado con los bichos, y meter las zapas dentro para que no se lleve una ningún dingo.




Empezamos a echar cervecitas y a buscar leña para preparar un fuego mientras los finlandeses y las alemanas preparaban la cena. Cenamos una ensalada y hamburguesas, los dingos rondaban fuera de la cocina pero no daban ningún problema. Un viaje yo fui al baño, ya de noche, aquí anochece a las 6 de la tarde, nada más salir me encontré a uno al lado, le alumbré y se me quedó mirando cerca pero no pasó nada. Fregamos, recogimos todo y empezamos a beber en la cocina, que es como un pabellón de lona con mesitas de madera. Silvia estaba cansada y se fue pronto a dormir pero yo me quedé.

Nos pusimos a jugar a un juego que consistía en coger uno de los bricks grandes estos de vino, poner la caja en el centro de un circulo y de uno en uno pasar al medio, decir nuestro nombre y por ejemplo, nuestro grupo de música favorito, después tenías que agacharte, apoyado solo sobre dos puntos, dos piernas o brazo y pierna o incluso dos brazos haciendo el pino, que algún flipadín ya lo hacía, cogerla con la boca y volver a tu sitio. Después de cada ronda el guía cogía la caja y la recortaba, haciéndola más pequeña y más difícil cogerla, las siguientes fueron nuestra película favorita, nuestro animal preferido… y yo ya perdí, pero seguimos hasta que la caja era tan solo el culo y había que cogerla con la lengua a la altura del suelo, toda una hazaña pero un chico lo consiguió.

Sobre las 12 de la noche me fui a dormir, ya iba bastante contentillo y mañana nos levantamos a las 7. Me desperté a las 4 con millón de ganas de mear, no sabía si ir solo por los dingos pero no podía aguantar así que cogí el palo, la linterna y bien, no vi ninguno. Sí una araña como mi puño en el techo del baño mientras meaba, volví a la tienda y me sobé.

Día 49: Domingo 13 de Marzo

Nos levantamos a las 7, el día estaba un poco revuelto. Nos hicimos unos buenos sándwiches para desayunar, con huevos fritos y todo y fuimos a montar todo a los coches. Nos sentamos Silvia y yo adelante con el guía. Igual no me he explicado aun bien, vamos 3 coches 4x4 de 9 personas cada uno en fila. Nosotros que vamos con el guía vamos los primeros y nos siguen los otros 2, que conducen gente de la excursión a poca distancia para que puedan ver por donde tienen que ir pisando si no quieren volcar el coche.

En mi coche vamos una pareja de finlandeses, a primera vista un poco extraños, pelo rubio casi blanco, ojos azules muy muy claros. Igual es solo cosa mía, pero me cuesta mucho hacerme a la gente que tiene los ojos muy claros. No sé, es una mirada demasiado profunda, muy fría, me da respeto y a la vez poca confianza. Siempre me cuesta hacer migas con la gente que tiene los ojos muy claros y mira que es una gilipollez. Las dos chicas alemanas son agradables pero en verdad pasan de nuestro culo, no hablan mucho con el resto. Después la pareja de israelíes, son con los que mejores migas he hecho al final, tienen mi edad los dos. Son muy majos, la chica tiene una voz muy dulce, siempre está sonriendo, el chaval es todo majo también, me enseñó un montón de cosas sobre el conflicto que tienen contra los palestinos. La otra cara del asunto, lo que no vemos en las noticias, este chico ya ha entrado en combate varias veces, como todos los israelíes, a los 18 años hacen 3 años de servicio militar, chicos y chicas, y durante toda su vida hacen 30 días al año, en los que muchos tienen que entrar en combate, en cualquier momento del año puede ser llamado. Este chico ya ha matado varias veces, que pasada, tiene 23 años como yo y es un chaval normal. Cuando le pregunté cómo se sintió cuando les vio morir me dijo que muy bien, son ellos o tú, pero ya os lo contaré todo en su momento.

Pues vamos con estos 6 chicos, el guía, que es un jodido cremas, Silvia y yo. Al primer sitio que fuimos fue a un lago que hay dentro de un rainforest. Fuimos a un mirador desde donde veíamos un montón de tortugas, estaban por todas partes, in situ nos empezó a jarrear, pero a jarrear bien. En cuestión de 20 segundos estábamos todos como si hubiésemos salido de una ducha, tuvimos que volver todos corriendo a los coches.


Volvimos hacia la playa con los coches y conducimos hasta un extremo de la isla. Llegamos y subimos andando hasta un acantilado de la ostia, hace cientos de años cuando aquí solo estaban los aborígenes se castigaba a los criminales a tirarse desde este acantilado. El nombre aborigen dice puerta del adiós o algo así. Nuestro guía nos dijo que podíamos tener suerte y divisar algún tiburón pero nada, y yo me tomé muy en serio el buscarlos. Volvimos a la playa y fuimos a la otra costa para llegar a un rio de agua dulce y llenar las cantimploras, el camino hasta la playa lo hicimos nadando por el rio. Aquí hay unas moscas gigantes que pican, pero las matábamos, las echábamos al agua y en cuestión de 5 segundos salía un pez pitando y se las comía, fue guay.



De ahí nos fuimos a un parque marino, el sitio estaba rodeado por rocas y nos podíamos bañar, el fallo fue que había metidas  un par de medusas así que todos para afuera, nos quedamos un par de horitas ahí tirados en la arena, yo me quedé sobao.


En el camino de vuelta al camping paramos en unas dunas, una era gigante, de unos 100 metros. Unos cuantos seguimos a nuestro guía hasta lo alto, fue la muerte, era imposible escalar por la arena. Ya arriba estuvimos un rato viendo la isla y a la hora de bajar hicimos una carrera. Menudas ostias, yo no me caí pero claro, llegué de los últimos.

Volvimos al camping antes de que se hiciese de noche, me di una ducha que ya hacía falta, aunque daba respeto, en el techo de los baños hay unas arañas para cagarse pero están ahí que tampoco hacen nada. Vamos a hacer pasta, me puse yo a hacer el sofrito que me salió megacoten. Esta gente no está acostumbrada a comer así, con tu cebollita, carne picada, el tomate hecho con todo… La peña de otros países lo que tienen es un pasillo lleno de salsas en el supermercado, lo echan encima de la pasta y listo. Los españoles y los italianos somos los únicos que hacemos el sofrito creo, al menos de los que voy conociendo. Los asiáticos se lo curran pero a su manera.

Hoy hay más dingos que otros días, ya hemos visto 3 distintos paseándose por el camping así que cada vez que alguien quiere ir al baño o a la tienda a por algo vamos dos o tres con los palos por si acaso, pero siguen sin dar ningún problema. Son tan bonitos que me da rabia no poder acercarme y tocarlos, parecen mediolobos.

Hoy hay otro grupo también en el camping así que por la noche nos juntamos tropecientos en el pabellón, algunos tenían guitarras y estuvieron todo el rato cantando toda la peña, yo no me sé ni una sola canción en inglés. Como estaba la cosa animada aparecieron dos aborígenes jovencitos y se sentaron en la mesa de al lado. No iban vestidos con taparrabos ni nada así, tan normal, en bañador y con sus latas de cerveza no os penséis. A las 12 nos fuimos a dormir Silvia y yo, mañana vamos a hacer una ruta de 6 kilómetros y tenemos que levantarnos a recoger todo a las 6 de la mañana.

Día 50: Lunes  14 de Marzo

A la mierda la marcha que íbamos a hacer, no para de jarrear. Desayunamos y recogimos todo en los coches, vamos a hacer algún plan alternativo, nos dice el guía. Fuimos conduciendo por la playa hasta llegar al barco naufragado y nos paramos a tirarle unas fotillos. No te puedes acercar a menos de 3 metros pero vaya, nos acercábamos, el caso es no meterte no se vaya a ir todo al garete.


De ahí seguimos por la playa y nos llevó a unas arenas movedizas, eran en la misma playa. Si te ponías de pie notabas que te hundías un poquillo y si ya dabas un salto te metías hasta las rodillas y te tenían que ayudar para no hundirte más.


Siguiendo por la playa nuestro guía se quedó flipado, encontramos otro barco naufragado, pero este hace dos días no estaba aquí cuando pasamos al llegar el primer día. Estuvimos un rato investigándolo, tenía que tener sus años pero tampoco muchos. Con un cubo rescatamos a unos cuantos peces que había dentro, había dos erizos gigantes pero tuvimos que dejarlos dentro.



Como nos estaba lloviendo fuimos a la cafetería que hay en el único pueblillo de la isla y echamos ahí las dos horas que nos quedaban hasta coger el ferri de vuelta a Rainbowbeach.

Intenté estarme listo para llegar el primero a la lavadora, aparte de la ropa de estos 3 días tengo casi todo sucio. Cuando dejé ya todo secando me fui al pueblo para conectarme a internet y ver que chorra pasa con mi portátil. Nada, la transferencia aun no le ha llegado, me cago en todo… si ya lo sabía yo. Esta noche en el hostal la tenemos pagada con el tour así que nos quedamos. Yo he estado dándole vueltas al asunto, mañana todos los que vamos hacia el norte van a Agnes wáter y 1770, dos pueblos de la costa que deben ser una pasada y también muy famosos para surfear. Juana y Saioa están allí, Silvia ya ha quedado con ellas pero yo no me había decidido aun.

Tengo problemas de pasta, antes de llegar a AgnesWater está Bundaberg, el pueblo donde iban los ingleses a recoger fruta. Todo el mundo me dice que es muy difícil, por no decir imposible encontrar curro si no tienes visado para trabajar pero si quiero ver lo que tenía pensado tengo que currar sea como sea. Quiero hacer un crucero por las islas Whitsundays, hacer submarinismo con botella en la gran barrera de coral a la altura de Cairns, desplazarme por el desierto hasta el centro de Australia para hacer un tour en el parque nacional de Uluru y Kings Canyon y después de eso ir a Darwin para hacer otro tour en Kakadu donde seguro que veo cocodrilos de agua salada, es lo más salvaje de Australia.

Qué bien suena joder, tengo pasta para hacerlo pero después tendría que coger un billete de vuelta a casa, tengo dinero para hacer esto o puedo irme a Tailandia y estar casi dos meses de puta madre, Australia es megacaro.

He decidido intentar ir a por todas, me voy unos días a Bundaberg y si encuentro curro haré un parón en las vacaciones de un mes para ahorrar a saco y después poder hacer todo. Si no, me va a dar mucha pena pero voy a tener que irme de Australia, lo único bueno es que me quedan un montón de cosas que ver, así que volveré, eso seguro. Esto es enorme, se necesita mucho más tiempo y dinero.

Así que nada, reservé el autobús para las 12 del mediodía a Bundaberg, mira que soy, ahora que tengo bien de amiguetes y van todos al mismo sitio… parece que me gusta remar siempre contra la corriente pero hay que intentarlo.

Llegando al hostal me encontré a la israelí que conocimos en Noosa, va a hacer el tour de Fraser Island el miércoles. En la sala de la tele del hostal están viendo el video de las precauciones los que van mañana. Nos quedan unos cuantos huevos y unos paquetes de noodles así que hicimos la última comida todos juntos, ya voy tragando mejor a los finlandeses, al final son los dos de puta madre.

Por la tarde Dudu me enseñó a jugar al poker chino, vaya viciada, es la polla, cuando llegue a España lo gozareis, nada como el Texas holdem, es un juego de Heads up, pero es la puta crema. A los finlandeses también les gustó y estuvimos los 5 ahí turnándonos para jugar, yo estaba con todo el vicio que me moría de ganas de que me tocara.

Más tarde fui con Silvia a por unas cervecitas y para cenar pilló una lasaña en el super. Después de cenar me fui con los israelíes, nos juntamos la pareja, la israelí de Noosa y yo. Y claro, cuando les oía hablando de cosas del ejército me interesé bastante por el tema ya que son los primeros israelíes que conozco más o menos algo.

Aluciné con las cosas que me contaban, sí que puede ser que en Europa siempre nos enseñan la cara Proárabe del conflicto. Hay millones de árabes en Europa, pero vaya historias, todos los días los Palestinos lanzan cohetes y bombas en la franja de Gaza. Muere mucha gente inocente, y claro el ejército Israelí no siempre puede hacer mucho, ellos no pueden disparar a nadie a no ser que vaya armado. Me contó la historia de la primera vez que supo a ciencia cierta que había matado a un tío. Era de noche, iba con varios compañeros y colocaron un tanque en medio de unos edificios, el tanque es un cebo, se colocaron dentro de los edificios vigilando la zona con aparatos de visión nocturna y al rato aparecieron 5 tíos con fusiles justo en el sitio donde él estaba con otros dos compañeros. Informaron por radio y les respondieron OK, buena suerte. Acto seguido les abatieron. Y claro, los tíos van armados, son ellos o tú. Yo me quedaba flipando, tiene mi misma edad y ha entrado un montón de veces en combate. Me cuenta que es muy duro, porque no es en campo abierto sino en una ciudad, nunca sabes de donde te disparan y es un jodido caos. Me contó que en el desierto el ejército de Israel creó una réplica exacta de la ciudad de Gaza, donde van a hacer todos los entrenamientos. Así sabe cómo tiene que moverse en una situación difícil, hacia donde mirar, donde disparar antes de abrir una puerta… Que pasada.

Israel no quiere la guerra pero tiene que defender a su gente, Hamás es un grupo terrorista, y si ceden los territorios ganados en los 60 están cediendo muchas zonas estratégicas y entonces sí que estarían realmente en peligro. Los 3 viven en Tel Aviv, la capital, que no está ni a una hora en coche de Gaza, pero nunca ha pasado nada en Tel Aviv, es una ciudad muy segura. Me dicen que el día que una bomba caiga en Tel Aviv, ese día sí que habrá guerra de verdad.

También me cuentan historias terribles de compañeros muertos o inválidos pero tampoco es plan. Yo lo que aquí os cuento no es nada, pero sí que os puedo decir que mi punto de vista sobre el asunto ha cambiado al 100% y que estos chavales son ultravalientes, el mundo en el que viven es totalmente distinto. Viven como nosotros, salen de fiesta, tienen sus vicios y etc. pero saben que tienen que luchar por su país, me tiré toda la noche con los ojos como platos, haciéndoles más y más preguntas hasta que ya nos moríamos de sueño.

Día 51: Martes 15 de Marzo

Desayunamos todos juntos y los que tenían coches empezaron a pirarse. Los israelíes van a ir a la Full Moon Party de Abril en Tailandia, si estoy por allí espero verles.

Silvia me regaló un sombrero de paja para protegerme del sol cogiendo fruta y me quedé la cerveza que sobró anoche. Cuando encuentre curro me la beberé. A la mierda necesito pasta, fuimos al bus y a las 4 horas llegamos a mi destino, Bundaberg, me puse el gorro, cogí la mochila y me despedí de Silvia y otros dos chicos que había del tour. Es una ciudad bastante grande, hecha con escuadra y cartabón. Fui a la oficina de la estación de autobuses a que me dijera dónde podía ir a dormir. Me dio una lista y me marcó uno en el que me podían encontrar trabajo, a ver si hay suerte.

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1 Response to "FRASER ISLAND (Días 48-51): Sábado 12 – Martes 15 de Marzo"

  1. Moreno por el mundo Says:
    12 de abril de 2011, 12:03

    Don't understand what you really ask me! My english is pretty bad yet!! Can you explain again please? Sorry but I don't know: "one’s webpageâ€"

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